Source: United States Senator for Florida Marco Rubio
Multiple Cuban-Americans faced harassment and censorship from security personnel at loanDepot Park, home of the Miami Marlins, when Team USA played the Cuban team in the semifinals of the World Baseball Classic. loanDepot Park was constructed, and is currently maintained in large part, through taxpayer dollars.
U.S. Senator Marco Rubio (R-FL) sent a letter to Bruce Sherman, Chairman and majority owner of the Miami Marlins, expressing his concern regarding the incidents. Rubio had previously publicly condemned the aforementioned.
- “Contracted security personnel, operating under the direct and personal supervision of some of the highest-ranking executives in your franchise, specifically targeted spectators who were visible on the television broadcast, especially those seated behind home plate. Among other things, they attempted to expel the daughter of a slain Cuban democracy activist for holding up a pro-democracy sign. Also, your security personnel seated themselves next to spectators in the first two rows and harassed them throughout the evening over the anti-regime shirt they were wearing and the pro-freedom for Cuba sign they had in their hands, which was clearly visible to a world-wide audience.”
The full text of the letter is below.
Dear Mr. Sherman:
Prior to the World Baseball Classic Semifinals game between the United States and Cuba, the Miami Marlins made assurances that restrictions on free speech, sought by the Baseball Federation of Cuba, would not be tolerated. However, your franchise reneged on both the letter and spirit of that commitment.
When the gates opened, your security personnel denied entry to ticketed guests wearing shirts with pro-freedom and/or anti-regime messages, claiming no “political messages” would be allowed. After widespread public outrage on social media, security relented and began to allow guests to enter, stating it was due to miscommunication. But that was not the end of it.
Contracted security personnel, operating under the direct and personal supervision of some of the highest-ranking executives in your franchise, specifically targeted spectators who were visible on the television broadcast, especially those seated behind home plate. Among other things, they attempted to expel the daughter of a slain Cuban democracy activist for holding up a pro-democracy sign. Also, your security personnel seated themselves next to spectators in the first two rows and harassed them throughout the evening over the anti-regime shirt they were wearing and the pro-freedom for Cuba sign they had in their hands, which was clearly visible to a world-wide audience. The senior management of your franchise were signaling to specific spectators they wanted to target. Inexcusably, your security personnel employed tactics reminiscent of those one would expect in Cuba, not in the United States of America.
These atrocious actions happened in a city where a substantial percentage of your fan base are not just victims of the tyranny your franchise sought to appease, but to taxpayers which funded the very stadium your team plays in. After enjoying their stay at a local five-star hotel, the Cuban Baseball Federation returned to the enslaved island of Cuba (minus one brave defector). However, the community your franchise treated with such disrespect is still here, and will not soon forget.
Sincerely,
RUBIO APOYA A LA COMUNIDAD CUBANOAMERICANA TRAS EL ACOSO A HINCHAS DURANTE EL CLÁSICO MUNDIAL DE BÉISBOL
Múltiples cubanoamericanos fueron víctimas de acoso y censura por parte del personal de seguridad del loanDepot Park, hogar de los Miami Marlins, cuando el equipo de EE.UU. jugaba contra el equipo de la Federación Cubana de Béisbol en las semifinales del Clásico Mundial de Béisbol. El loanDepot Park fue construido, y actualmente es mantenido, en gran parte con dinero de los contribuyentes.
El senador estadounidense Marco Rubio (R-FL) le envió una carta a Bruce Sherman, presidente y propietario mayoritario de los Miami Marlins, expresando su preocupación por los incidentes. Rubio ya había condenado públicamente estos acontecimientos previamente.
- “El personal de seguridad contratado, que opera bajo la supervisión directa y la supervisión personal de algunos de los ejecutivos de más alto rango de su franquicia, se enfocaron específicamente en los espectadores que eran visibles en la transmisión de televisión, especialmente aquellos sentados detrás de la base del bateador. Entre otras cosas, intentaron expulsar a la hija de un activista asesinado por el régimen castrista por el simple hecho de sostener un cartel a favor de la democracia. Asimismo, su personal de seguridad se sentó junto a los espectadores en las dos primeras filas y los hostigó durante toda la noche por las camisetas anti-régimen cubano que vestían y los carteles pro-libertad que tenían en sus manos, claramente visible para la audiencia mundial”.
Una traducción de cortesía del texto de la carta en inglés se encuentra a continuación.
Estimado Sr. Sherman:
Previo al partido de las Semifinales del Clásico Mundial de Béisbol entre EE.UU. y Cuba, los Marlins de Miami aseguraron que no se tolerarían restricciones a la libertad de expresión que exigía la Federación Cubana de Béisbol. Sin embargo, su franquicia no cumplió dicho compromiso.
Cuando se abrieron las puertas del estadio, su personal de seguridad le negó la entrada a los invitados que tenían entradas y vestían camisetas con mensajes en apoyo a la libertad de Cuba y/o en contra del régimen, alegando que no se permitirían “mensajes políticos”. Después de la indignación pública generalizada en las redes sociales, la seguridad del estadio cedió y comenzó a permitir la entrada de los invitados, afirmando que se debió a una falta de comunicación. Pero ese no fue el fin de la situación.
El personal de seguridad contratado, que opera bajo la supervisión directa y la supervisión personal de algunos de los ejecutivos de más alto rango de su franquicia, se enfocaron específicamente en los espectadores que eran visibles en la transmisión de televisión, especialmente aquellos sentados detrás de la base del bateador. Entre otras cosas, intentaron expulsar a la hija de un activista asesinado por el régimen castrista por el simple hecho de sostener un cartel a favor de la democracia. Asimismo, su personal de seguridad se sentó junto a los espectadores en las dos primeras filas y los hostigó durante toda la noche por las camisetas anti-régimen cubano que vestían y los carteles pro-libertad que tenían en sus manos, claramente visible para la audiencia mundial. Los altos directivos de su franquicia estaban señalando a espectadores específicos. Inexcusablemente, su personal de seguridad empleó tácticas que uno esperaría en Cuba, no en los EE.UU.
Estas acciones atroces ocurrieron en una ciudad donde un porcentaje sustancial de su base de fanáticos no solo son víctimas de la tiranía que su franquicia buscaba apaciguar, sino también donde los mismos contribuyentes fueron los que financiaron el estadio en el que juega su equipo. Después de disfrutar su estadía en un hotel de cinco estrellas, la Federación Cubana de Béisbol regresó a la isla esclavizada de Cuba (menos un valiente desertor). Sin embargo, la comunidad que su franquicia trató con tanta falta de respeto todavía está aquí y no se olvidará pronto de lo ocurrido.
Atentamente,